Sobre Romeo y Julieta —– Los monólogos de clase —– Los personajes

Los motivos de Fray Lorenzo

Alejandro Bejarano Vargas

Esta escena ocurre en el supuesto momento en que Fray Lorenzo deja al Conde Paris recibiendo a Julieta en su celda, luego de que el primero solicita ser casado con la segunda; esto lo propongo así puesto que en algún momento el fraile debe decidir y alistar lo necesario.

Fray Lorenzo:

Dios. Señor, ¿estás ahí? Dime, padre, ¿por qué te ensañas así conmigo? ¿Qué clase de juguete soy para tu extraño regocijo? ¿Por qué debe recaer en mí la decisión que deshaga este embrollo? ¿Por qué me has dado el poder de decidir sobre la vida y destino de dos almas jóvenes? ¿Por qué, Señor, por qué? ¿Acaso debo casar a Julieta con Paris? Hacerlo ahora sería un grave pecado, se condenaría esa niña y me condenaría yo, sin remedio. ¡Una boda secreta! ¿En qué momento pasó por mi cabeza la idea de que, casando a Romeo con Julieta, sus familias aprenderían a reconciliarse? Fui tan iluso de pensar que el odio sería ahogado por el amor. ¡Ah! ¡Mal haya la hora en que Romeo me tomó por consejero! ¡Mal haya el momento en que accedí a casarlos! ¡Mal haya Verona, con sus Montesco y sus Capuleto y su interminable y absurdo baño de sangre! Dios, son dos chiquillos, Señor, que están aprendiendo a vivir, no te ensañes con ellos. Ahora no solo soy depositario de su secreto sino que además debo hacerlo más grande para librarme así yo también y no ver mancillado el honor y el respeto que tanto tiempo y trabajo me ha costado construir. Sí, lo admito, fui incapaz de negarme a acceder a sus súplicas cuando vi en los ojos de Romeo la flama de la pasión de un amor que jamás conoceré por serme prohibido. No pensé que la cosa saliera de control, de mi control. Pero, Señor, no todo es cosa mía; yo no azucé a Teobaldo ni le dije a Romeo que vengara la muerte de Mercutio derramando la sangre de su amada. ¡Cruel destino! ¿Por qué tuvo que fijarse Romeo en su Julieta y por qué tuvo ella que corresponderle? Desterrado es muy difícil que Romeo sobreviva, fuera de Verona reina la peste, hambrienta y voraz. Un joven triste de amores es presa fácil. ¿Por qué la prisa, Capuleto? Si esperamos un par de semanas seguramente tendremos noticia de la muerte de Romeo y Julieta podrá secar sus lágrimas con el cuerpo de Paris y nadie se enterará de… de… ¡Julieta sabe la verdad! Podría fácilmente hacerse la víctima y hacer de Romeo y de mí unos villanos que jugaron con su inocencia y se burlaron del Príncipe y de ambos apellidos nobles. Sería condenado. Pasaría como un infame, un canalla y un traidor; no puedo permitir que mi honor, mi nombre y mi figura sean sinónimo de desprecio y vil acción. Solo tengo dos opciones (toma dos frascos, casi iguales), fingir su muerte o su muerte. He aquí un veneno mortal, y aquí un licor que le hará desvanecer 42 horas. En cualquiera de los dos casos mi discurso será el mismo: la promesa del reencuentro luego de un audaz escape que la apartara de su familia… Señor, toma la decisión que mejor convenga a tus planes y que marcará el destino de ellos, el mío y el de ésta ciudad (alza las manos, en cada una hay uno de los frascos; una de las botellas cae). ¡Has decidido, sabio Padre! Procedo con tu bendición, tu venia y tu consejo. Si has puesto en mí la facultad de guiar el camino del amor de esas criaturas, es por algo Señor; en tu infinita sabiduría acomodas las piezas para que el juego siga o termine. Me has escogido, Señor, me has iluminado y privilegiado, Padre. Yo soy sabiduría. Yo soy salvación. Yo soy ciencia. Yo soy tu presencia en la Tierra y por eso, yo, no me equivoco (Sale al encuentro con Julieta).

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Fray Lorenzo

Luis Antonio Huerta Muñoz

Fray Lorenzo:

 (Observando detenidamente frascos que están en su escritorio)

Ay Dios mío, te pido perdón de lo que estoy a punto de hacer, pero mi alma caritativa me indica que debo ayudar a esta pobre criatura enamorada ¿Enamorada, realmente está enamorada? O es puro capricho de la juventud un deseo de estar en el placer de las caricias y de los besos. (Ve las pócimas) ¡Ay jóvenes imberbes! me han metido en un dilema. Yo tendría que estar a favor de la cordura y la madurez, pero ver sus ojos de ardiente amor, me orilla a estar de lado de las pasiones.

¿Pasiones? Lo que tendría que estar haciendo es dar lecciones del amor a Dios y no a las pasiones carnales. Dios mío perdóname, en verdad te pido que me ayudes a discernir en este dilema.

  (Hablando hacia afuera)

Ya voy hija, ya voy. (Mesándose los cabellos) Capuletos, Montescos; sólo la semilla del amor que germina en estos chicuelos apaciguara su venganza y pondrá fin a tanta matanza de tantos años. Esa es la verdadera razón de mi alianza con este par de jovencitos. Quizá sea puro capricho infantil, pues qué se puede esperar de una niña de 14 años y un joven de 16 años. A esa edad lo que quieren es… (Se acaricia las piernas) bueno yo no puedo estar pensando en esas cosas, pero uno también es ser humano y tiene deseo y pasiones, explícame querido señor cómo evitar enamorarse de una compañera. En realidad yo he tenido muchos sueños con las señoras que vienen a confesarse y no es exactamente de las enseñanzas de la biblia… (Tomando su crucifijo)  Perdóname Gran Arquitecto del Universo ya no sé ni qué estoy diciendo.

¿Cuál era la pócima para adormecer el cuerpo? (Hablando hacia afuera) Dame unos segundos hija. Pobre criatura, lo que le falta conocer sobre el amor, al principio son campos floridos, nubes con figuras del amado y después ingratitud, indiferencia y hasta traición. Yo lo hago por ayudarlos, por saber que van a estar unidos y así poder juntar a las familias enemigas.

Creo que es este menjurje, A ver, la verde es el veneno de víbora y el azul es para quitar el frio. ¿Y si se llegaran a enfadar más las familias? Me echaran la culpa y yo seré su nuevo enemigo. Ni Dios lo quiera.

Ay Dios mío, ayúdame en esta tarea de unificar a tales familias, que mi plan sea la mejor solución para todos.

(Ve las pócimas).

Y si en vez de dormir a la bella Julieta, Paris toma la bebida,  así ella podrá correr al lado de su amado cuando el disimule su muerte.

(Deja rápidamente el frasquito que tiene en la mano).

Qué estoy diciendo, él despertará y reclamará con todo su rencor. Y buscara a Julieta.

Gran señor te pido que me ayudes a que todo salga bien.

(Toma uno de los frascos y se decide a salir)

¡Ahí voy hija!

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Nana

 

Norma Márquez

 

 

 

Harto pronto , el amor se tejió en sus sueños

Con  rubios cabellos que unió a los dos

Mi niña ángel que mi pecho reclama

Que desde entonces sólo ella fue mi ama

Mi santa, mi niña

Mi soledad y mi luz

Que tan buena elección hizo mi niña ,

pues  más fiel y noble que un cordero fue

y más bella su alma que su rostro insuperable

Ahora sé que corre el carruaje

Llevando a los prestos a los dos amantes

A la eterna casa de febo

Donde el calor del sol se insta

Con la pasión  ardorosa  de los que Amor

Penetró su flecha mortal

Enamorada es la desgracia de los dos y

Y reposa ahora en medio de sus cuerpos

 

¿Alcahueta, yo?. Sí,  mas no culpable de tan espantosa tragedia que hoy ha acontecido a Montescos y Capuletos.  Pero no me miren así.  ¿Acaso ustedes no hubiesen actuado lo mismo que me ha guiado mi consciencia? ¿Quién le niega la ternura a un hijo? ¿Quién en mi lugar,  se hubiese opuesto a sanar el corazón de mi dulce Julieta,  suavizar la congoja que a su corazón aturdía o amamantar la esperanza con dulces sueños que de amor, su amor profería?  No en vano mi papel es crucial y definitivo, no en vano, Shakespeare, me conservó para este destino, disponiendo mi lealtad  a Julieta con el blanco néctar que mis pechos le alimentaron, mientras que el ser engendrado de mis propias carnes yacía, agusanado, bajo sagrada tierra.

La amé.

¡No llamen piedras a las nubes , ni fuego a la lluvia, no llamen alcahuete al amor! ¿Quién en disputa puso a las dos familias entre inconmensurable odio? ¡Shakespeare!  ¿Quién las tempranas hormonas de los jóvenes alborotó para que al final de cuentas el destino se opusiera al amor? ¡Shakespeare! No hice yo, más que ser congruente con las circunstancias que a la vida me impusieron, y que a propósito, no alcanzándole  al escritor la inspiración, sólo “nana” por nombre diome. Extranjera o no, tuerta o muda, negra o blanca, si volviera a nacer de la pluma de un escritor, volvería a amar a Julieta y a enternecerme de ese joven amor que le inspiró la incitante belleza del mancebo Romeo. ¡Tan buena elección hizo mi niña, pues más fiel y noble que un cordero le fue Romeo y más bella su alma antes que el rostro.

¿Me siguen llamado alcahueta? Si esta historia ha de rebasar las barreras del tiempo llámenme como quieran, pero eso sí, ¿qué nombre más miserable es digno de quienes se empeñan a heredar culpas  a quien nada temer debieran? ¿Por qué condenar las almas de los que aún no nacen?  ¿Por qué pagar  facturas de pasados deudores? Mi hermosa niña, mi ángel; pues yace hoy su cuerpo, entrepiernado con los fríos huesos de la muerte. Corre con tu Romeo en el carruaje de oro, llevándolos, presto, en el eterno recorrido de Febo, con la pasión ardorosa de los que Amor, penetró su flecha mortal.  Amor es el nombre de la desgracia de los dos que yacen ahora y para siempre en la hermosa y no menos trágica historia de Romeo y Julieta.

  1. esta completo el monologo, es que lo necesito para una obra

  2. Excelente sitio. Muchas gracias por la información.